1392 – 1447
Conde de Pavía, señor de Milán. Su etapa de poder bajo estos títulos fueron perdidos prontamente, siendo regentados por su madre Catalina que devolvió al papa Bolonia y Perugia en 1403 antes de ser encarcelada por su otro hijo Juan María en 1404. Los dos hermanos, últimos varones de una familia que había dominado Milán desde el año 1277, habían heredado de su padre Juan Galeazo, estos condados y ducados.
Éste había intentado dominar toda Italia, apoderándose de Verona, Vicenza y Padua en 1387-1388 y supo servirse para sus propósitos del papa Urbano VI, de Luis de Orleáns, que casó con su hija Valentina, y del emperador Wenceslao que le dió los títulos de duque de Milán y el de duque de Lombardía, muriendo poco antes de proclamarse rey. Juan María después de encerrar a su madre, dejó que gobernase el condotiero Facino Cane. Tirano, perverso e inepto, el joven duque fue asesinado por los gibelinos en 1412.
Nuevamente su hermano Felipe consiguió imponerse como único señor del ducado en 1413. Éste, hábil diplomático, que dejó actuar a sus capitanes, Carmagnola, Sforza, Piccionino, reconstituyó el dominio de su padre, recuperando Como, Lodi, Vercelli, Piacenza, Cremona, Bérgamo, Brescia y Génova en cinco años del 1416 al 1421. Su ambición provocó una coalición de Saboya, con Florencia y Venecia, pero tras largas guerras (1423-1441), tuvo que cederles Vercelli, Bérgamo, Brescia y Ravena, y reconocer la independencia de Génova. Al no tener hijos, vaciló en dejar su sucesión a su hija natural Blanca María casada con Francisco Sforza. Después de su muerte en 1447, último Visconti de la rama ducal, los milaneses no consiguieron preservar su libertad.